RUTA " VOY CAMINO A SORIA → BURGO DE OSMA → BELCHITE 2025 "
Llegamos a Belchite y nos fuimos directos al área de autocaravanas que tienen, dispone de todos los servicios gratuitos excepto la electricidad y el agua, dispone de unas 10 plazas de aparcamiento, esta es la ubicación del área, es una zona muy tranquila y queda a unos 300 metros de distancia del pueblo viejo de Belchite que es lo que nosotros queríamos ver en esta ocasión.
Como no sabíamos cuanto duraría la visita pasamos aquí la noche y a la mañana siguiente nos iríamos hasta la entrada de Belchite Viejo para sacar las entradas pero resulta que las entradas las venden en otro lugar, intentamos sacarlas por internet pero no tuvimos suerte ya que no nos funcionaba la App nos tuvimos que volver sobre nuestros pasos hasta la oficina de información de turismo que es donde se sacan las entradas, lo volvimos a probar con la app desde la oficina pero ese día no quería funcionar pero nos las vendieron en el mismo recinto, aconsejamos el consultar los horarios de visita y venta de tickets ya que son visitas guiadas por grupos están espaciadas para evitar aglomeraciones. Hay varios tipos de visita, de día , nocturna, grupos, el precio por persona es de unos 8 euros según opciones.
Belchite (actual) es un municipio de la provincia de Zaragoza, situado a 49 km de la capital. Tiene una población actualmente de 1.526 habitantes pero nosotros queríamos visitar otro Belchite, "Belchite Viejo" como le llaman o el pueblo antiguo en donde se desarrollaron una de las batallas mas simbólicas y sangrientas de la guerra civil española.
Como consecuencia de los continuos enfrentamientos entre los dos bandos en Belchite el pueblo fue totalmente destruido y no quedo prácticamente ninguna casa en pie. La entrada se hace por una puerta grande de madera y la primera impresión que nos dio al ver las primeras casa destruidas es el recuerdo que teníamos de una visita que hicimos en Francia a Oradeur Sur Glane ya hace unos años y que nos dejó muy impactados, aquí prácticamente sucedió lo mismo con la gente de este pueblo pero con la diferencia que fueron aniquilados por gente de su propio país pero de distinto bando.
En lugar de su reconstrucción, el régimen del dictador Francisco Franco decidió crear un pueblo nuevo al lado (hoy conocido como Belchite Nuevo), dejando intactas las ruinas del anterior como recuerdo de la guerra civil española y de lo que se consideraron excesos del bando vencido. El conjunto, hoy en día abandonado y en parte cerrado al paso de personas, se conoce como Pueblo Viejo de Belchite. Tiene los títulos de "muy noble, leal y heroica villa", y ostenta la Cruz laureada de San Fernando que Franco le otorgó.
Antes de empezar la guerra civil española Belchite era una ciudad prospera y tenia cerca de 4000 habitantes, actualmente tiene poco mas de 1500 habitantes.
Tras varios acontecimientos políticos y militares la población de Belchite entro en el peor episodio de su historia por culpa de la guerra civil española.
En las paredes de los edificios que aun se mantienen en pie se pueden observar aun los impactos de las balas, de los francotiradores que estaban en los extremos de las calles, tenían orden de matar a todo lo que se moviese, ya fuera personas grandes, hombres, mujeres, o niños.
La población, que había sido ocupada por tropas falangistas tras el fallido golpe de Estado y el comienzo de la guerra en julio de 1936, vuelve a manos gubernamentales en septiembre de 1937. En 1938 Belchite cae definitivamente en manos franquistas.
En alguna de las imágenes que aun se conservan de Belchite de antes de la guerra se puede ver el trajín de las personas que aquí habitaban, siendo este un pueblo prospero y en vías de industrialización.
Una de las imágenes que cada dos por tres podemos observar y que está omnipresente en casi todo Belchite es el convento de San Agustín unos de los pocos edificios que quedo medio derruido y el posterior paso del tiempo se está encargando de acabar con el si no se toman medidas urgentes.
Entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1937 se produce la denominada batalla de Belchite dentro de la ofensiva del ejército republicano destinada a la toma de Zaragoza y aliviar la presión que el frente Norte, intentando evitar la caída de Bilbao y Santander, realiza un avance con objetivo la toma de Zaragoza. Dicho avance se detuvo en Belchite y en vez de rodearlo y proseguir su avance hacia la capital, se centró en apagar un aparente pequeño foco. La batalla se convirtió en una guerra callejera que terminó con 5000 bajas entre ambos contendientes, y el pueblo destruido casi en su totalidad, permaneciendo sus ruinas sin restaurar por expreso deseo de Franco, como recuerdo para generaciones venideras de los horrores de la guerra, o mas bien conociéndolo como aviso a navegantes de lo que les podría ocurrir si...
En alguna de las actuales y casi destruidas aceras aun se pueden apreciar las cruces que marcaron los habitantes que sobrevivieron, estas pequeñas cruces que ahora casi no se pueden ver por el tiempo transcurrido son los lugares donde abatieron a sus familiares, amigos o vecinos, algunos de estos que sobrevivieron a la barbarie de la guerra aun siguen vivos muy pocos quedan ya que han pasado casi 90 años de estas tragedias.
El 12 de octubre de 1939 Francisco Franco firma un decreto en el que concede los títulos de Muy Noble, Leal y Heroica Villa y la distinción de la Cruz Laureada de San Fernando a Belchite.
Este es el texto original del decreto: En lo sucesivo llevará Belchite el título de Leal, Noble y Heroica Villa. Y, además, es ordenado que se abra expediente para la concesión a sus defensores, colectivamente, de la Cruz Laureada de San Fernando. En la orden a que se refiere esa concesión se reconoce que el patriotismo y valor de los paisanos de Belchite les llevó a ponerse al lado de su guarnición, rivalizando todos, incluso mujeres y heridos, en actos de heroísmo.
En el año 2021 se halla una fosa común en el cementerio de Belchite con al menos 150 cadáveres de personas fusiladas el 20 de julio de 1936 por la Falange. Los arqueólogos de la asociación Mariano Castillo Carrasco, estimaron que existían alrededor de 200 cadáveres más localizados en las tapias exteriores del camposanto. En el Archivo General de Simancas se recoge el testimonio de uno de los responsables del crimen, que asegura que se ejecutó a 200 personas y 50 de ellas fueron asesinadas por él mismo. La fosa excavada, que se ubica cerca de los nichos ocupa unos 80 metros cuadrados y hay constancia de la existencia de otra de unos 20 metros cuadrados.
Siguiendo la ruta que nos marca nuestro guía turístico, muy amable y experimentado nos va relatando casi edificio por edificio quien vivía en cada rincón del pueblo de Belchite y de las atrocidades que allí habían sucedió algunas de las cuales nos ponían la carne de gallina cuando nos las contaba. Llegamos a la antigua plaza del pueblo otro de los puntos neurálgicos de la guerra de Belchite.
Una gran cruz de hierro preside la Plaza Vieja de Belchite, forjada en la posguerra para recordar a los caídos en la batalla. En la plaza aún se conserva la torre del Reloj, que pertenecía a la antigua iglesia de San Juan, de estilo mudéjar. Hasta 1937 fue un teatro de variedades, el conocido como Teatro de las Pampas. El reloj de la antigua torre dejó de funcionar cuando comenzó la Guerra Civil: cuentan que una psicofonía desveló que se paró a las 12 menos cuarto. Por cierto aquí en esta zona era el paraíso de las psicofonías, se tubo que impedir el paso al publico en general no acompañado por los saqueos y el vandalismo que últimamente era casi continuo.
La torre del reloj tubo que ser rehabilitada ya que estaba en pésimo estado por los efectos directos de la guerra y el paso del tiempo y amenazaba con derrumbarse, aunque no parezca que sea la mejor manera para su rehabilitación al menos han parado las amenazas de derrumbe. En esta torre se situaban los francotiradores ya que tenían una visión excepcional de todo lo que sucedía y se movía en el pueblo y sembraban el terror entre los habitantes del pueblo de Belchite
Junto a la plaza nos encontramos con la iglesia de San Martín de Tours, según nos cuenta su historia fue construida en las primeras décadas del siglo XV, aunque con posterioridad, entre 1550 y 1560, sufrió algunas reformas. Entre estas destacaron la elevación de la nave, la construcción de una galería superior, el cegamiento de algunos vanos y la apertura de otros nuevos, así como la decoración exterior del ábside. Además, en el siglo XVIII se amplió la nave con un tramo más a los pies, se modificaron algunas capillas laterales y se construyó la portada monumental.
En alguno de los edificios colindantes aun se pueden apreciar los efectos de las bombas arrojadas desde los aviones, los edificios eran continuamente bombardeados por el ejercito nacional, para evitar que bombardearan donde estaban los francotiradores y edificios conquistados ponían en sus tejados trapos de color rojo para que los aviones no les bombardearan.
Tanto la iglesia como la torre tienen un basamento de piedra sillar, aunque el resto de la construcción está realizada en ladrillo. Originalmente, se trataba de una iglesia gótico-mudéjar con ábside poligonal y nave única cubierta con bóvedas de crucería, sometida a las citadas ampliaciones y reformas. La torre, adosada al lado meridional de la iglesia, tiene planta cuadrada y estructura de alminar almohade con machón central.
En imágenes de la época ya se aprecia el mal estado en que se encontraba la iglesia de San Martín de Tours, con el paso del tiempo y de los continuos bombardeos su estado no hizo mas que empeorar hasta llegar a quedar en ruinas.
Natalio Baquero nació en el Pueblo Viejo. En 1964 fue de los últimos habitantes que lo abandonaron. Él fue quien escribió la famosa coplilla que se encuentra en la puerta de la iglesia de San Martín. Este templo fue refugio y hospital de sangre durante la contienda. Tras la Guerra Civil sólo pudo celebrarse en él una misa, puesto que había quedado muy dañado por los disparos.
La portada a los pies de la iglesia de San Martín de Tours y la cabecera, así como su torre de ladrillo, han llegado a nuestros días, aunque muy deterioradas mejor dicho en ruinas tras la Guerra Civil. No ha sido nunca restaurada, y se conserva como carácter conmemorativo y
monumento para la paz.
Exteriormente, aparece dividida en tres pisos; el primero no presenta apenas decoración, mientras que en el segundo se observan diversos motivos de tradición mudéjar como zigzags, esquinillas, rombos… Por otro lado, el tercer piso, que cumplía la función de cuerpo de campanas, fue el más dañado por los bombardeos, aunque aún se mantiene el capitel piramidal como remate.
La iglesia de San Martín de Tours, a sido declarada últimamente bien de interés cultural.
En alguna de las bóvedas de la iglesia de San Martin de Tours aun se pueden apreciar los impactos de las bombas lanzadas desde los aviones que no llegaron a explotar aunque si perforaron dicha bóveda.
Salimos de la iglesia de San Martin de Tours y desde aquí nos dirigimos a la otra zona mas interesante que aun queda mas o menos en pie no sin antes observar por el camino los crueles efectos de la guerra.

Los restos de edificaciones mudéjares sufrieron las mismas consecuencias de la devastación de la guerra civil.
De camino a la iglesia de podemos observar en el suelo el antiguo empedrado de las calles que se va recuperando gracias a voluntarios que cada años limpian y restauran zonas de Belchite.
Y finalmente llegamos a la La iglesia de San Agustín que durante todo el recorrido por el pueblo viejo de Belchite habiamos tenido tan omnipresente ya que se casi se puede ver desde todas sus calles y plazas. La iglesia de San Agustín era de una gran riqueza arquitectónica: arcos, motivos vegetales y formas geométricas jalonaban su estructura. Anexas a la iglesia estaban las dependencias y el claustro de los monjes agustinos, antiguos moradores del Santuario de Nuestra Señora del Pueyo, actualmente situado a cuatro kilómetros de Belchite.
La torre de la iglesia fue duramente hostigada durante la batalla debido a la ametralladora situada en la parte alta. Una bala de cañón que no explotó sigue intacta en ella. Varias escenas de las películas ‘El laberinto del fauno’, ‘Las aventuras del barón de Munchausen’ o ‘Incierta gloria’ se rodaron en esta iglesia.
Pese a su estado, el convento de San Agustín todavía posee importantes muestras artísticas. A finales del siglo XVI, los agustinos se trasladaron a Belchite, donde se establecieron en el convento que les había legado la viuda del Duque de Híjar y Conde de Belchite. Junto al mismo, levantaron una gran iglesia con planta de cruz latina, que mezclaba estilo barroco y neoclásico en sus formas y con el ladrillo como material de construcción. En la actualidad todavía puede apreciarse la envergadura de la que hizo gala en el pasado. Especialmente, su torre campanario, que –de gran similitud con la de La Seo de Zaragoza- todavía conserva cierto sabor mudéjar, que demuestra lo arraigado que estaba este estilo en Aragón. (fuente datos: Wiquipedia, Ayuntamiento de Belchite)
Y aquí termino nuestra visita a Belchite Viejo, creemos que es una visita muy recomendable ya que que es una parte de la historia de España aunque lamentablemente muy sangrienta, cerca de 5.000 personas perdieron aquí la vida, el pueblo totalmente arrasado y en ruinas, vidas truncadas hasta muchos años después por las rencillas de los bandos políticos ya que aun después de haber terminado la guerra el bando vencido siguió sufriendo los efectos de la guerra y del bando ganador ya que no era precisamente muy democrático.
También termino aquí nuestra ruta aunque fue un poco corta por la disponibilidad de días creo que le sacamos mucho provecho, es una ruta que aunque nos dejamos muchas cosas por ver lo visto valió la pena.
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